El balance
El balance es una foto instantánea de la empresa. Es un medio conveniente de organizar y resumir lo que posee una empresa (sus activos), lo que adeuda (sus pasivos) y la diferencia entre los dos (el capital de la empresa) en un punto determinado del tiempo. La siguiente figura ilustra cómo se elabora el balance. Como se muestra, en el lado izquierdo aparecen los activos de la empresa y en el derecho aparecen los pasivos y el capital.
ActiVos: El lado izquierdo
Los activos se clasifican como circulantes o fijos. Un activo fijo es el que tiene una vida más o menos larga. Los activos fijos son tangibles, como un camión o una computadora, o intangibles, como una marca registrada o una patente. Un activo circulante tiene una vida menor de un año. Esto quiere decir que el activo se convertirá en efectivo en el transcurso de 12 meses. Por ejemplo, el inventario por lo general se compra y se vende en el transcurso de un año y, por consiguiente, se clasifica como un activo circulante. Por supuesto, el efectivo mismo es un activo circulante. Las cuentas por cobrar (dinero adeudado a la empresa por sus clientes) también es un activo circulante.
Pasivos y capital de los propietarios:
El lado derecho
Los pasivos de la empresa son lo primero que se lista en el lado derecho del balance. Se clasifican como circulantes o de largo plazo. Los pasivos circulantes, lo mismo que los activos circulantes, tienen una vida menor de un año (lo cual signifi ca que deben pagarse en el transcurso del año) y se listan antes que los pasivos de largo plazo. Las cuentas por pagar (el dinero que la empresa les adeuda a sus proveedores) son un ejemplo de un pasivo circulante.
Una deuda que no vence durante el próximo año se clasifi ca como un pasivo de largo plazo. Un préstamo que la empresa pagará en cinco años es una de esas deudas a largo plazo. Las empresas piden dinero prestado a largo plazo a una variedad de fuentes. En este texto se tiende a utilizar de manera genérica los términos bono y tenedores de bonos para hacer referencia a la deuda y a los acreedores de largo plazo, respectivamente.
Para finalizar, por definición, la diferencia entre el valor total de los activos (circulantes y fijos) y el valor total de los pasivos (circulantes y de largo plazo) es el capital de los accionistas, también llamado capital común o capital de los propietarios. Esta característica del balance tiene el propósito de refl ejar el hecho de que si la empresa fuera a vender todos sus activos y a utilizar el dinero para pagar sus deudas, entonces cualquier capital residual que quedara les pertenecería a los accionistas. De esta manera, el balance “se equilibra” porque el valor del lado izquierdo siempre es igual al del lado derecho. Es decir, el valor de los activos de la empresa es igual a la suma de los pasivos y del capital de los accionistas (Los términos capital de los propietarios, capital de los accionistas y capital de los tenedores de acciones se utilizan de manera intercambiable para referirse al capital de una corporación. También se utiliza el término valor neto. Además de estos términos, existen variaciones):
Activos = pasivos + capital de los accionistas
Ésta es la identidad del balance, o ecuación, y siempre es válida porque el capital de los accionistas se define como la diferencia entre activos y pasivos.
Construcción del balance
Una empresa tiene activos circulantes de 100 dólares, activos fijos netos de 500, una deuda a corto plazo de 70 y una deuda a largo plazo de 200 dólares. ¿Qué aspecto tiene el balance? ¿Cuál es el capital de los accionistas? ¿Cuál es el capital de trabajo neto?
En este caso, los activos totales son 100 + 500 = 600 dólares y los pasivos totales son 70 + 200 = 270 dólares, de manera que el capital de los accionistas es la diferencia: 600 − 270 = 330 dólares. El balance se vería como sigue:
El capital de trabajo neto es la diferencia entre activos circulantes y pasivos circulantes, es decir, 100 − 70 = 30 dólares
Capital de trabajo neto
Como se msotró en la figura anterior, la diferencia entre los activos circulantes de una empresa y sus pasivos circulantes se llama capital de trabajo neto. Éste es positivo cuando los activos circulantes exceden a los pasivos circulantes. Con base en las definiciones de activos circulantes y pasivos circulantes, esto quiere decir que el efectivo que estará disponible durante los 12 meses siguientes excede al efectivo que se debe pagar durante ese periodo. Por esta razón, el capital de trabajo neto por lo común es positivo en una empresa sólida.
La siguiente tabla muestra un balance simplificado para la U.S. Corporation, una empresa ficticia. Los activos del balance se enumeran según el tiempo que se requiere para convertirlos en efectivo en el curso normal de los negocios. De manera similar, los pasivos se anotan en el orden en que se pagarán de manera normal.
La estructura de los activos para una empresa particular refleja la línea de negocios a la que ésta se dedica y también las decisiones administrativas sobre cuánto efectivo e inventario debe tener, además de la política de crédito, la adquisición de activos fijos, etcétera.
El lado de los pasivos en el balance refleja sobre todo las decisiones administrativas en cuanto a la estructura de capital y la utilización de deuda a corto plazo. Por ejemplo, en 2009, la deuda total a largo plazo de U.S. era de $454$ dólares y el capital total era $640$ dólares $+ 1629 = 2269$ dólares, de manera que el financiamiento a largo plazo total era de $454 + 2 269 = 2723$ dólares. (Observe que, a lo largo del libro todas las cifras son en millones de dólares.) De esta cantidad, $454/2723 = 16.67\%$ era deuda a largo plazo. Este porcentaje refleja las decisiones de estructura de capital que tomó en el pasado la administración de U.S. Corporation.
Hay tres cosas muy importantes que se deben tener presentes cuando se examina un saldo: liquidez, deuda comparada con el capital y valor de mercado en comparación con valor en libros
Liquidez
La liquidez se refiere a la rapidez y facilidad con que un activo se convierte en efectivo. El oro es un activo más o menos líquido; una instalación de manufactura sobre pedido no lo es. De hecho, la liquidez tiene dos dimensiones: facilidad de conversión y pérdida del valor. Cualquier activo se puede convertir pronto en efectivo si se reduce el precio lo suficiente. Por lo tanto, un activo bastante líquido se puede vender muy pronto sin una pérdida considerable de su valor. Un activo no líquido no se puede mudar con celeridad en efectivo sin una considerable reducción del precio.
Por lo general, los activos se anotan en el balance en orden decreciente de liquidez, lo cual significa que los activos más líquidos se apuntaron primero. Los activos circulantes son más o menos líquidos e incluyen efectivo y los activos que se espera convertir en efectivo durante los 12 meses próximos. Las cuentas por cobrar, por ejemplo, representan cantidades que todavía no se han cobrado a los clientes por las ventas ya hechas. Por supuesto, se espera convertirlas en efectivo en un futuro cercano. Quizás el inventario sea el menos líquido de los activos circulantes, por lo menos en el caso de muchas empresas.
En términos relativos, los activos fijos no son líquidos en su mayor parte. Consisten en cosas tangibles, como edificios y equipo, que de ninguna manera se convierten en efectivo durante las actividades normales de la empresa (por supuesto, se utilizan en el negocio para generar efectivo). Los activos intangibles, como una marca registrada, no tienen una existencia física, pero son muy valiosos. Lo mismo que los activos tangibles fijos, en general no se convierten en efectivo y se les considera no líquidos.
La liquidez es valiosa. Cuanto más líquida sea una empresa, será menos probable que experimente dificultades financieras (es decir, aprietos para pagar sus deudas o para comprar los activos necesarios). Por desgracia, los activos líquidos son menos rentables cuando se retienen. Por ejemplo, las retenciones de efectivo son las más líquidas de todas las inversiones, pero en ocasiones no ganan ningún rendimiento, sólo están allí. Por consiguiente, hay un trueque entre las ventajas de la liquidez y las utilidades potenciales perdidas.
Deuda y capital
Hasta el grado en que una empresa pide dinero prestado, por lo general les concede a los acreedores la prioridad en el derecho sobre el flujo de efectivo del negocio. Los tenedores de capital sólo tienen derecho al valor residual, es decir, la porción que queda después de pagarles a los acreedores. El valor de esta porción residual es el capital de los accionistas en la empresa, que es con exactitud el valor de los activos de la empresa menos el valor de sus pasivos:
Capital de los accionistas = activos − pasivos
En términos contables, esto es cierto porque el capital de los accionistas se define como esta porción residual. Pero más importante, esto es cierto en un sentido económico: si la empresa vende sus activos y paga sus deudas, todo el efectivo que queda les pertenece a los accionistas.
El empleo de la deuda en la estructura de capital de una empresa se llama apalancamiento financiero. Cuanta más deuda tenga una empresa (como un porcentaje de los activos), mayor será su grado de apalancamiento financiero. Como se examina en los capítulos siguientes, la deuda actúa como una palanca en el sentido de que al utilizarla aumentan mucho tanto las ganancias como las pérdidas. De esta manera, el apalancamiento financiero incrementa la recompensa potencial para los accionistas, pero también acrecienta el potencial de que surjan problemas financieros y de que la empresa quiebre.
Valor de mercado y valor en libros
Los valores que se muestran en el balance para los activos de la empresa son valores en libros y, por lo general, no son lo que en realidad valen los activos. Conforme a los principios de contabilidad generalmente aceptados (PCGA; en inglés GAAP, Generally Accepted Accounting Principles), los estados financieros preparados en México suelen mostrar los activos a su costo histórico. En otras palabras, los activos “se llevan en los libros” al monto que la empresa pagó por ellos sin importar cuándo se compraron o cuánto valen en la actualidad.
En el caso de los activos circulantes, el valor de mercado y el valor en libros podrían ser un tanto similares, debido a que los activos circulantes se compran y se venden en efectivo durante un lapso más o menos breve. En otras circunstancias, los dos valores podrían diferir un tanto. Además, en el caso de los activos fijos, tan sólo sería una coincidencia si el valor de mercado real de un activo (la cantidad en que se podría vender) fuera igual a su valor en libros. Por ejemplo, una empresa de ferrocarriles podría poseer enormes extensiones de tierras compradas hace un siglo o más. Lo que pagó por esas tierras podrían ser cientos o miles de veces menos de lo que valen en la actualidad. Sin embargo, el balance mostraría el costo histórico.
La diferencia entre valor de mercado y valor en libros es importante para comprender el efecto de las ganancias y pérdidas reportadas. Por ejemplo, la empresa GM hizo enormes cargos contra las ganancias. Lo que sucedió en realidad es que esos cargos fueron el resultado de cambios en las reglas contables que condujeron a reducciones en el valor en libros de cierto tipo de activos. Sin embargo, un cambio en las reglas contables en sí no tiene ningún efecto sobre lo que de veras valen los activos de los que se habla. En cambio, el valor en libros de un activo depende de cosas como su grado de riesgo y los flujos de efectivo, ninguno de los cuales tiene nada qué ver con la contabilidad.
El balance es potencialmente útil para muchos grupos. Un proveedor podría estudiar el volumen de cuentas por pagar a fin de ver con qué prontitud paga sus cuentas la empresa. Un acreedor potencial examinaría la liquidez y el grado de apalancamiento financiero. Los administradores de la empresa pueden hacer un seguimiento de aspectos como el monto de efectivo y la cantidad de inventario que tiene disponibles la empresa.
Con frecuencia, los administradores e inversionistas se interesarán en saber cuál es el valor de la empresa. Esta información no está en el balance. El hecho de que los activos del balance se listen en su costo significa que no hay una relación necesaria entre los activos totales que se muestran y el valor de la empresa. En realidad, muchos de los activos más valiosos que podría tener una empresa (buena administración, una buena reputación, empleados talentosos) ni siquiera aparecen en el balance.
De manera similar, el capital de los accionistas figura en el balance y el verdadero valor no por fuerza está relacionado. Por ejemplo, a principios de 2008, el valor en libros del capital contable de IBM era de 28 000 millones de dólares, mientras que el valor de mercado era de 164 000 millones de dólares. Asimismo, el valor en libros de Google era de 23 000 millones de dólares, mientras que el valor de mercado era de 136 000 millones de dólares.
Entonces, para los administradores financieros el valor contable de las acciones no reviste un interés particular importante; lo que importa es el valor de mercado. En lo sucesivo, siempre que se hable del valor de un activo o de la empresa, por lo común se referirá a su valor de mercado. De manera que, por ejemplo, cuando se dice que la meta del administrador financiero es incrementar el valor de las acciones, uno se refiere al valor de mercado de las acciones.
Valor de mercado y valor en libros
Klingon Corporation tiene activos fijos netos con un valor en libros de 700 dólares y un valor de mercado valuado en alrededor de 1 000 dólares. El capital de trabajo neto es de 400 dólares en libros, pero se obtendrían casi 600 dólares si se liquidaran todas las cuentas circulantes. Klingon tiene una deuda a largo plazo de 500 dólares, un valor tanto en libros como de mercado. ¿Cuál es el valor en libros del capital? ¿Cuál es el valor de mercado?
Es posible elaborar dos balances simplifi cados, uno en términos contables (valor en libros) y otro en términos económicos (valor de mercado):
En este ejemplo, el capital de los accionistas en realidad vale casi el doble de lo que muestran los libros. La distinción entre valor en libros (la cantidad histórica) y valor de mercado (la cantidad en que se podría vender) es importante precisamente porque los valores en libros pueden ser muy diferentes del verdadero valor económico.
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